La actualidad ha puesto los abusos sobre los niños en primer orden del día. Recordemos que el tipo de abuso puede ser de distinta orden (sexual, físico, psicológico, o el acoso escolar por parte de compañeros – bullying- pueden ser algunos ejemplos), y que cada uno de ellos puede manifestarse de diferente manera.
Los casos de abuso sexual sobre niños son mucho más frecuentes de lo que puedan parecer. En primer lugar, como en el resto de abusos, lo principal es intentar mantenerse vigilante, pero también calmado. No todo abuso acaba necesariamente suponiendo un problema psiquiátrico para el niño, es decir, no todo niño que ha sido víctima de abuso tiene que ir a consulta con un psiquiatra o psicólogo infantil, ni es necesario que desarrolle ningún tipo de patología en el futuro.
Si conocemos que el niño está siendo víctimas de abusos en el medio familiar o escolar, por ejemplo, es más fácil permanecer alerta. Si no, hay ciertos signos que pueden hacer captar nuestra atención: un cambio en el carácter del niño, tendencia a la introversión, irritabilidad, miedo a ir al colegio cuando antes no lo tenía, que se vuelva más asustadizo, que aumenten las pesadillas, juegos con alto contenido sexual… Ninguno de esos factores, por separado, puede asegurarnos que el niño esté siendo víctima de abusos, pero sí nos invita a intentar entablar una conversación con él para observar si eso ha sido posible.
Una vez se confirma el abuso (hecho que no siempre es fácil, ya que a ciertas edades es difícil discernir entre si lo que cuenta el niño es real o es una fabulación propia de la infancia), el camino a seguir sería la vigilancia, y tan solo se llevará a cabo una intervención más incisiva si el profesional que pueda llevar el caso lo estima oportuno.
Dr. Alberto Ramos Caneda
Especialista en Psiquiatría
CliniqSantiago
981 56 49 40
alberto.ramos.psiquiatra@gmail.com
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