El Trastorno Delirante es una patología que, en psiquiatría, situamos dentro del conjunto de los trastornos psicóticos. Se trata de una enfermedad que pudiera ser confundida con la Esquizofrenia, si bien tanto su forma de ser expresada como su pronóstico a medio y largo plazo es muy diferente. El Trastorno Delirante consiste en la percepción errónea de un aspecto en concreto de la vida del paciente, mientras se mantienen conservadas todas las demás facultades.
A menudo el delirio puede tener base real, pero tanto la explicación del mismo como de sus consecuencias son relatadas sin lógica. Por ejemplo: una persona puede tener la convicción de que su pareja le está siendo infiel (y puede que eso sea cierto), pero a la hora de explicar las razones de su creencia, podría razonarlo por el hecho de que ayer puso la mesa utilizando las servilletas rojas, y que eso quiere decir algo, o que está interesado en cambiar las baldosas del baño, lo que deja clara dicha infidelidad.
Obviamente el Trastorno Delirante, por mucho que quien lo padezca tenga un buen rendimiento funcional y social en cualquier aspecto que no incluya al propio delirio, necesita un tratamiento farmacológico, por lo que la visita al especialista y el seguimiento a corto, medio y largo plazo son vitales. A menudo el objetivo no es tanto que el paciente se dé cuenta de lo patológico de sus creencias, sino que cuanto menos éstas no vayan a más y mantener el delirio todo lo encapsulado posible.
El trastorno delirante es algo más frecuente en mujeres que en hombres, y su edad media de aparición es superior a otros trastornos psicóticos, como la esquizofrenia. Personalidades de tipo obsesivo, episodios depresivos previos o el uso previo de sustancias puede favorecer su aparición.
Dr. Alberto Ramos Caneda
Especialista en Psiquiatría
CliniqSantiago
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alberto.ramos.psiquiatra@gmail.com
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