Es algo muy habitual. El hecho de encontrarnos en las noticias con que «un esquizofrénico», «un bipolar» o «un deprimido» ha cometido algún tipo de crimen. Asociando directamente la enfermedad mental con el potencial delictivo, en algo que, además de no ser cierto, favorece enormemente el mantenimiento del estigma de los pacientes con problemas de salud mental.
De la misma forma en la que la mayoría de los carniceros no utilizan sus utensilios de trabajo para cometer asesinatos, y teniendo en cuenta que la profesión que ejercía un criminal no suele ser dato de interés a la hora de narrar el crimen, tampoco debería serlo si padece o no una enfermedad. En el caso de que, por ejemplo, en la reciente tragedia del accidente de aviación de los Alpes, exista la presunción de que una persona al volante de un avión tuviese antecedentes depresivos, asociar eso a un potencial criminal es jugar con el sensacionalismo ante miles de personas con problemas similares.
Del mismo modo, si nos encontramos con una persona que sufre esquizofrenia y comete un asesinato, siempre se recalca eso de: «padecía Esquizofrenia», como asociando la enfermedad a un mayor índice de peligrosidad. ¿Son los esquizofrénicos personas peligrosas?. La respuesta es un rotundo no. Es más, es mucho más habitual encontrarse a una persona que padece esquizofrenia y que no sale de su casa por miedo a que los demás le podamos hacer daño, que quede aislada durante años, a una que llegue a resultar realmente agresiva. Para la mayoría de los esquizofrénicos los que podemos ser peligrosos somos nosotros, siendo ese un signo característico de la enfermedad.
Otra cosa es que, en un momento dado, una enfermedad mental pueda servir de atenuante en algún caso delictivo. Si una persona escucha voces que le ordenan destrozar las lunas de tres escaparates, probablemente el tipo de condena que deba cumplir sea distinta a uno que lo hace de forma deliberada. Pero la creencia popular de que simular una enfermedad mental para librarse de la cárcel es fácil resulta claramente equivocada.
Dr. Alberto Ramos Caneda
Especialista en Psiquiatría
CliniqSantiago
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alberto.ramos.psiquiatra@gmail.com
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