Os hemos hablado con anterioridad en varias ocasiones del Trastorno Bipolar (TB). Se trata de una enfermedad que altera considerablemente la calidad de vida de quien la padece, haciéndole sufrir cambios muy pronunciados en su estado de ánimo, que a menudo pueden necesitar ingreso, sobre todo en el caso de los episodios maníacos (euforia desmedida, irritabilidad, falta de sueño, etc.).
En psiquiatría, quizás incluso más que en otras especialidades, se está investigando mucho en la naturaleza biológica de los trastornos mentales. Entre las enfermedades más puramente «físicas» está el TB. Se sabe que el hecho de tener algún familiar de primer grado que lo sufra aumenta el riesgo de padecerlo, y por ello un estudio estadounidense se ha planteado observar las diferencias de conducta entre niños en riesgo de padecer el TB y otros que no.
El criterio fue escoger a niños de unos cuatro años y medio de edad, dividiéndolos en dos grupos: aquellos con un familiar de primer grado que padezca la enfermedad, y los que no lo tenían. En el primer grupo las alteraciones de conducta, irritabilidad, rasgos oposicionistas-desafiantes o su capacidad para gestionar problemas presentaban peores puntuaciones en las pruebas realizadas.
Entonces, ¿hay que empezar a tratar a todo niño con riesgo de padecer TB de forma preventiva?. La respuesta, a día de hoy, es no. Se sabe que muchos desdendientes de personas con TB no llegan a desarrollar la enfermedad nunca. Pero que las investigaciones avancen, como en otras especialidades médicas, nos ayuda a filiar mejor cada caso, a individualizarlo y valorar qué pasos son los más adecuados a seguir, para mejorar todo lo posible la calidad del paciente, y evitarle situaciones desagradables cuanto antes.
Dr. Alberto Ramos Caneda
Especialista en Psiquiatría
CliniqSantiago
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alberto.ramos.psiquiatra@gmail.com
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