Los cinco principales signos de presencia de Alzheimer

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El incremento de la esperanza de vida junto con el mayor conocimiento de la Enfermedad del Alzheimer han hecho que su diagnóstico haya aumentado en las últimas décadas. Siempre es positivo acudir a un especialista cuando se presentan dudas, para evitar un autodignóstico precoz o erróneo. En cualquier caso, para ayudar a aquellas personas a quien la sospecha de que pueden tener la enfermedad les genere ansiedad, señalamos algunos signos que deberían ser motivo de consulta a un médico.

1. Es habitual que las personas olvidadizas no puedan recordar detalles como el nombre de una persona. En el caso de los enfermos de Alzheimer esos detalles suelen coincidir con una ausencia de contexto, es decir, no sólo olvidan el nombre de la persona sino también quien es.

2. A todos nos ha pasado alguna vez (o muchas) ir a hacer la compra y olvidarse algún producto. La diferencia de estos fallos de memoria con las situaciones a las que se enfrenta un enfermo es que para ellos la realización de estas tareas cotidianas, como hacer la compra, se vuelve muy dificil o incluso imposible. Se vuelve además incapaz de tomar decisiones y aceptar responsabilidades.

3. Otros signos asociados a la enfermedad son los cambios de humor, como irritabilidad y recelo, y la desorientación. Ejemplo de este último caso sería que una persona se prepare para ir a trabajar cuando ya está jubilada o perderse en un lugar que le es familiar

4. Un enfermo de Alzheimer muestra también signos de depresión y, a veces, un comportamiento agresivo. Es común que pierdan interés por aficiones que habían desarrolado siempre o temas habituales en su ocio.

5. Uno de los primeros signos de la presencia de la enfermedad es el deterioro del lenguaje, que se hace más patente con su evolución. Al principio pueden ser enmascaradas por el paciente pero se puede notar una disminución de la riqueza del lenguaje y en explicaciones cada vez más dubitativas e imprecisas.

En resumen, ante un cambio sobre la personalidad previa, y sobre todo una pérdida de funcionalidad (hace menos cosas de forma eficiente, tiende a aislarse un poco más, precisa de supervisión en actividades que antes hacía por cuenta propia), la idea de consultar a un especialista debería estar en nuestra mente.

Dr. Alberto Ramos Caneda
Especialista en Psiquiatría
CliniqSantiago
981 56 49 40
alberto.ramos.psiquiatra@gmail.com

*Si en algún momento consideráis oportuno hablar de algún tema en concreto, podéis hacer vuestra pregunta/sugerencia en los comentarios.

Los ancianos son especialmente vulnerables a la ludopatía

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El juego patológico, o ludopatía, como conocemos mayoritariamente a este trastorno, es un comportamiento en el que la persona que lo padece se relaciona de forma persistente y recurrente con el acto de jugar. Esto le lleva a una excesiva preocupación por el juego, a la necesidad de apostar progresivamente más dinero, y a una sensación de fracaso ante las repetidas tentativas del abandono del hábito.

En este sentido, la ludopatía no se diferencia en exceso de otras patologías adictivas, como el alcoholismo o la dependencia a otras sustancias. Es más, es muy habitual que la adicción al juego se muestre como acompañante a otro tipo de dependencias, siendo casi más extraño que se presente como un trastorno en solitario.

Habitualmente asociamos la ludopatía con gente de mediana edad, generalmente varones (en nuestra sociedad, son ellos los que la padecen en un 66% de los casos). Aunque no deja de ser cierto, hay un repunte de la prevalencia de este trastorno a partir de los 65 años. Los motivos habitualmente suelen tener que ver con los cambios de rol a esas edades: la jubilación, la pérdida de la pareja o dificultades relacionales con los hijos.

Esto hace que, además, las personas que padecen ludopatía estén en mayor riesgo de presentar episodios depresivos. Tengamos en cuenta que, como ya habíamos comentado, la depresión en ancianos es particularmente grave, siendo sus potenciales consecuencias más comprometidas.

Dr. Alberto Ramos Caneda
Especialista en Psiquiatría
CliniqSantiago
981 56 49 40
alberto.ramos.psiquiatra@gmail.com

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